martes, 6 de diciembre de 2016

RUT. CAPÍTULO 1.

La muchacha forastera

11En tiempo de los Jueces hubo hambre en el país, y un hombre emigró, con su mujer y sus dos hijos, desde Belén de Judá a la campiña de Moab. 2Se llamaba Elimélec; su mujer, Noemí y sus hijos, Majlón y Kilión. Eran efrateos, de Belén de Judá. Llegados a la campiña de Moab, se establecerion allí.
3Elimélec, el marido de Noemí, murió, y quedaron con ella sus dos hijos, 4que se casaron con dos mujeres moabitas: una se llamaba Orfá y la otra Rut. Pero al cabo de diez años de residir allí, murieron también los dos hijos, Majlón y Kilión, y la mujer se quedó sin marido y sin hijos.
6Al enterarse de que el Señor había atendido a su pueblo dándole pan, Noemí con sus dos nueras emprendió el camino de vuelta desde la campiña de Moab. 7En compañía de sus dos nueras salió del lugar donde residía, y emprendieron el regreso al país de Judá. 8Noemí dijo a sus dos nueras:
-Andad, volveos cada una a vuestra casa. Que el Señor os trate con piedad, como vosotras lo habéis hecho con mis muertos y conmigo. 9El Señor os conceda vivir tranquilas en casa de un nuevo marido.
Las abrazó. Ellas, rompiendo a llorar, 10le replicaron:
-¡De ningún modo! Volveremos contigo a tu pueblo.
11Noemí insistió:
-Volveos, hijas. ¿A qué vais a venir conmigo? ¿Creéis que podré tener más hijos para casaros con ellos? 12Andad, volveos, hijas, que soy demasiado vieja para casarme. Y aunque pensara que me queda esperanza, y me casara esta noche, y tuviera hijos, 13¿vais a esperar a que crezcan, vais a renunciar, por ellos, a casaros? No, hijas. Mi suerte es más amarga que la vuestra, porque la mano del Señor se ha desatado contra mí.
14De nuevo rompieron a llorar. Orfá se despidió de su suegra y volvió a su pueblo, mientras que Rut se quedó con Noemí.
15Noemí le dijo:
-Mira, tu cuñada se ha vuelto a su pueblo y a su dios. Vuélvete tú con ella.
16Pero Rut contestó:
-No insistas en que te deje y me vuelva.
A donde tú vayas, iré yo;
donde tú vivas, viviré yo;
tu pueblo es el mío,
tu Dios es mi Dios:
17donde tú mueras, allí moriré
y allí me enterrarán.
Sólo la muerte
podrá separarnos, y si no,
que el Señor me castigue.
18Al ver que se empeñaba en ir con ella. Noemí no insistió más. 19Y siguieron caminando las dos hasta Belén. Cuando llegaron, se alborotó toda la población, y las mujeres decían:
-¡Si es Noemí!
20Ella corregía:
-No me llaméis Noemí*. Llamadme Mara*, porque el Todopoderoso me ha llenado de amargura. 21Llena me marché, y el Señor me trae vacía. No me llaméis Noemí, que el Señor me afligió, el Todopoderoso me maltrató.
22Así fue como Noemí, con su nuera Rut, la moabita, volvió de la campiña de Moab. Empezaba la siega de la cebada cuando llegaron a Belén.

Explicación.

1,1-18 Se plantean varios motivos centrales y algunas circunstancias funcionales: la época, la topografía, personajes, institución legal.
a) Época. El autor parece remontarse a un tiempo remoto; su comienzo sabe a ficción. Si el autor escribe a la vuelta del destierro, encuentra más congenial con su situación la época de los Jueces; desde ella podrá hablar en clave a sus contemporáneos. En tal suposición, piensa en las etapas de paz y justicia (cfr. Is 1,26), no en las belicosas o de anarquía (cfr. Jue 17-21).

Hambre y carestía eran una de las calamidades periódicas de una cultura agraria de supervivencia, en un territorio no muy favorable por lluvias y manantiales (a pesar de Dt 8,7 y 10,10-11). Es paradójico que en Casa Pan (Bet Lehem) falte el pan. Se vacía para dar paso a una nueva plenitud.

b) Lugar. Moab: en tiempos de los Jueces fue uno de los opresores de turno (Jue 3); fue el lugar de la última actividad de Moisés. Puede simbolizar cualquier destierro no definitivo. Belén está escogido por su relación con David; es curioso que no asome el pastoreo, todo es agrícola.

1,2 Elimélec es nombre teofórico (=Mi Dios es Rey). Quizá contenga una punta polémica frente a Abimélec (=Mi Padre es Rey; Jue 10), intento fracasado de monarquía hereditaria. Majlón procede de la raíz "estar enfermo"; Quilión, de la raíz "consumirse". Su función narrativa es morirse a tiempo e instaurar una situación legal.

1,4 El autor no reprueba esas bodas; no parece tomar su muerte prematura como castigo de Dios. Se distancia o se opone a la legislación de Dt 7,3; 23,4 y a la práctica de Esd 9,1-2 y Neh 13,23-25.

1,5 Sin marido y sin hijos es situación de gran abandono, como indican Is 47,8-9; 51 y Lam. Noemí puede simbolizar una comunidad destituida. Además, comienza a plantearse el tema del levirato, que abarca a la suegra y a las nueras.

1,6-7 El camino de vuelta a Belén es como una repatriación. "Había atendido": es el mismo verbo que se lee en Ex 3,16; 4,31; 13,19; Sod 2,7. "Dándoles pan": consuena con el nombre de Belén.

1,8-18 La importancia de esta escena reside en la elección libre de los personajes. Dos extranjeras se enfrentan con una elección que parece doméstica y es histórica. Orfá vuelve a su patria, a su familia, a su Dios; Rut se incorpora a Israel; Orfá queda fuera del curso histórico, Rut se arroja a él. Los extranjeros pueden incorporarse, si quieren (cfr. Is 56,3-8).

1,8 Lealtad con el prójimo, piedad con familiares ocupan un ámbito más profundo y más ancho que una institución legal. La han practicado hasta ahora con Noemí y pueden seguir practicándola con una nueva familia. No es acción mala volverse; y si subsistía algún vínculo, Noemí las desliga de él.

1,9 "Conceda" es en hebreo el mismo verbo que "dar". Noemí se lo atribuye a su Dios, no al de ellas.

1,10 La primera respuesta, si bien testimonio valioso de adhesión personal, es reacción emotiva; no es todavía la elección lúcida con plena conciencia.

1,11-13 Prespupone la ley del levirato: si un hombre casado muere sin dejar hijos, un hermano se casará con la viuda y al primer hijo que nazca le dará el nombre del difunto. Noemí acepta su suerte no sin cierta amargura: no quiere imponérsela a las nueras. Su dolor es como el de Jerusalén viuda que ve muertos a sus hijos (Lam 1,4; 3,15).

1,15 Con la invitación a Rut, Noemí se dispone a apurar la copa de su soledad.

Son el momento culminante del capítulo y pauta para comprender toda la historia: Rut entra en el pueblo y la religión de Noemí. Sus palabras, solemnes y ritmadas, son juramento de lealtad a una pariente; desprendidas del contexto, significan el juramento de cualquier proxélito (cfr. Zac 8,23).

Ha llegado el momento en que el Dios de Israel está dispuesto a ser el Dios de otros, con tal de que se incorporen al pueblo de la alianza. La "muerte": véase 2 Sm 1,23.

1,16 2 Sm 15,21; Dt 23,4.

1,20 No me llaméis Noemí,
llamadme Mara,
porque el Todopoderoso
me llenó de amargura.
* = Hermosa; Amarga.
1,21 Llena me marché,
vacía me trajo el Señor
¿Por qué me llamáis Noemí,
si el Señor me ha afligido,
el Todopoderoso me ha maltratado?

El capítulo concluye con una escena coral. Su nombre, pronunciado por las vecinas, provoca un juego de palabras que se podría imitar en castellano: No me llaméis Agraciada, sino Desgraciada; o con más color: No me llaméis María Gracia, sino María Dolores. El texto es muy rítmico, como para una declamación.
"Vacía": si Noemí representa a la comunidad repatriada, el vacío tendrá que llenarse. Los israelitas salieron de Egipto cargados de dones (Ex 12,36); no hay que despedir al esclavo "con las manos vacías" (Dt 15,13) ¿Qué función histórica tiene ese vacío provocado por Dios? 8cfr. 2 Re 8,1-6).




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