martes, 6 de diciembre de 2016

RUT. INTRODUCCIÓN. SENTIDO RELIGIOSO.

La actuación de Dios es discreta. La primera mención llega en forma de noticia, o sea, por la reacción humana que registra un hecho, la buena cosecha, y lo interpreta: "el Señor había atendido a su pueblo".

Dios es el dador. El que dio la palabra-promesa a los patriarcas, dio la tierra a sus descendientes; el que dio la tierra, da la lluvia y con ella la cosecha. Así la tierra, bendecida por Dios, tira de los emigrantes que hubieron de abandonarla cuando se mostraba inclemente. Es el itinerario de Abrahán que vuelve de Egipto, de Jacob que vuelve de Jarán; de cuantos vuelvan de un destierro.

El don de Dios se actualiza después por dos caminos: la legislación social de Israel y el sentimiento de lealtad. Al final del relato, Dios recobra el protagonismo explícito: "hizo que Rub concibiera". A la fertilidad de la tierra responde la fecundidad humana: dos promesas patriarcales. Dios actúa en silencio, sin milagros: es el protector de viudas, Noemí y Rut.

El destierro de una "madre" israelita, sirve para atraer a una extranjera familia, a la tierra, al Dios del pueblo. No se opone una ley de segregación (Esd 10). Es tarea misionera por cauces humanos. Los personajes viven su sentido religioso sin expresiones de culto.

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